DIARIO UNO
Mendoza
Domingo 29 de Mayo de 2011
Escenario
Arte rupestre en el Museo Fader
Abre esta tarde una exposición sin precedentes para la cultura regional, con dibujos, fotografías e instalaciones basadas en ese arte milenario.
29-05-2011
Ramiro Ortiz
uno_escenario@diariouno.net.ar
Como un lazo entre el arte y la arqueología. También como un puente entre la estética de las comunidades cuyanas originarias y la sociedad artística contemporánea. Con premisas de ese tenor, la artista visual Laura Hart encabeza la primera muestra regional de arte rupestre que esta tarde se inaugura en el Museo Fader. “El arte de la prehistoria. Diseños rupestres de Cuyo” es el lema que denomina este trabajo que combina tanto investigación como creación, aunque la dosis mayor sea de lo primero.
Con el apoyo de la Fundación YPF, Familia Zuccardi y Amigos del Fader, Laura Hart ha logrado darle la magnitud merecida a esta iniciativa que no tiene ningún tipo de precedentes en la región. Se trata del proyecto Rastros, al que Hart se dedica desde 1992 y a través del cual pretende rescatar y difundir las expresiones de nuestros primeros artistas.
La exposición consta de un segmento fotográfico que registra los yacimientos arqueológicos, otro de dibujos de 21 artistas plásticos locales reconocidos que trabajaron partiendo de los diseños rupestres (este llamado “De la piedra al papel”), y una tercera parte con una instalación que emula a través de sonidos y otros elementos un ritual chamánico, “Los vuelos del chamán”.
Aquí, Laura Hart revela la trama de esta pasión que se ha fortalecido en las últimas dos décadas.
–El arte rupestre no abunda en los museos, ¿cuál es la historia detrás de esta muestra?
–El arte rupestre es la representación de actividades y creencias así como la manifestación visual del conjunto de tradiciones de las comunidades originarias integradas a una geografía que fue su hábitat y fuente de recursos. Este trabajo viene de un proyecto que se llama Rastros, que arrancó en el ’92. Son 20 años de producción fotográfica, 20 años de registros del arte rupestre de Mendoza y de San Juan. Ése es el área que abarca. Los reservorios y yacimientos normalmente están en zonas cordilleranas, pero la recorrida es por toda la provincia. De todos estos puntos, que son como 80, seleccioné los 13 más importantes, emblemáticos y representativos, ya que sería imposible traer todas las fotos que se han conseguido desde el ’92.
–¿Y trabajás sola?
–No estoy sola, en cada viaje hay un grupo grande de colaboradores. Muchas veces es gente que no tiene una injerencia directa ni en las artes visuales ni en la arqueología, simplemente lo hace por interés personal. En el tema de los contextos culturales trabajé muchos años con Juan Shobinger, quien murió en 2009. Él me aportó siempre los contextos culturales del arte rupestre, y luego de su muerte Horacio Chiavazza tomó la posta. El arte rupestre no se puede sacar de contexto, no se puede separar ni de su paisaje ni de sus productores.
–¿Cuál es el objetivo del proyecto Rastros?
–Hacer un banco de imágenes y una base de datos que, contenidos en un archivo documental, terminen siendo un catálogo del arte rupestre. No hay un sondeo profundo del arte rupestre porque eso le compete a la arqueología. El proyecto se enfoca en el rescate de las imágenes, ya que muchas de ellas se están perdiendo. La muestra de fotografía tiene un guión expográfico donde hay un desarrollo que conlleva tanto el contexto cultural como el análisis de la estética del arte rupestre. Porque el proyecto está hecho no desde lo científico sino desde lo visual y lo artístico. Y la idea de la muestra es exhibir el arte rupestre para quien no tiene la posibilidad de ir al campo a conocerlo.
–¿Cómo está plasmado ese concepto en la exposición?
–Primero, la muestra de fotografías con su guión, una serie de hallazgos registrados fotográficamente, pinturas y grabados que se encuentran en la montaña y son el testimonio gráfico. Luego se invitó a 21 artistas para que produzcan pero tomando el arte rupestre como disparador, es decir una mirada contemporánea que acompaña y le quita frialdad a una muestra meramente fotográfica que hubiera quedado como una página de historia, y eso no me interesa. Y finalmente, una instalación que contribuye a mi intención de vivificar este arte, la ideamos con Enrique (Testasecca, el curador de la muestra) y es un santuario en donde uno se sumerge con una ambientación sonora, se llama “Los vuelos del chamán”.
–¿Qué sensación te produce hallar estas joyas de arte milenario?
–A través de todos estos años se desarrolla en mí una capacidad profunda de observación. Estas imágenes datan de entre 700 y 2000 años de antigüedad. Eran tribus prehuarpes, algunas previas a la era cristiana, inclusive. Hay muchísimos recursos gráficos que se usaban en la prehistoria que todavía se usan hoy. Me refiero a cosas como la simetría, las agrupaciones, métodos y procedimientos que se usan hoy y ellos también los usaban. Hay como un patrón de funcionamiento en la gráfica humana. Toda gráfica quiere decir algo, hay una intención por trascender a través de un lenguaje visual, pero no puede hacerse una lectura directa porque se perdió la significación real e inmediata. Pero tiene que ver mucho con las actividades sociales y la mística de cada pueblo. La gente merece tener acceso a ver esto que es patrimonio cultural de nuestro pueblo, y estoy agradecida porque es sorprendente que hayan apostado a un trabajo como éste que no tiene antecedentes.
hart_visual@yahoo.com.ar
